Junio del 2007. Estaba
por empezar uno de los viajes más importantes de mi vida. Ya había recorrido prácticamente
toda la costa, la sierra Norte y Central, buena parte de la selva, y ahora me
tocaba recorrer la sierra Sur en un viaje planificado para 23 días de aventuras
por Ayacucho, Apurímac, Cusco y Puno. Esta vez no tomaría en cuenta la gran
Arequipa, ya que allí tuve muchas
vivencias entre los años 1995 y 2005, y sabía que regresaría pronto por ser un
lugar al que pertenezco y siempre llevo en mí.
Era un 8 de Junio por
la noche, como siempre solo habían pasado pocos minutos después de salir del
trabajo, y es que no hay tiempo que perder cuando se trata de viajes. Recuerdo que
andes de iniciar la ruta me preparé física y mentalmente durante casi 2 meses,
corriendo hasta 10km en el Malecón de Miraflores y bajando/subiendo a la Costa
verde casi siempre por las exigentes escaleras, también me liberé de algunos amoríos
de aquella época y deje encaminado mi cambio laboral. Quería poder llegar a
todos los lugares que había imaginado sin limitaciones.
El bus partía cerca a
las 7pm, por la Ruta Panamericana Sur Lima-Ica-Nazca para luego desviarse a la
sierra hacia mi destino: Puquio, una pequeña ciudad en la zona sur del
departamento de Ayacucho, que me serviría como hub para poder visitar Pampa
Galeras, La Laguna Parinacochas y Andamarca.
Según mis planes la
hora de llegada era 6am, con luz y justo para iniciar la búsqueda de hotel,
pero no fue así. Aparentemente el chofer apretó el acelerador a fondo durante
toda la noche llegando al destino cerca a las 4.00am. La ciudad, ubicada sobre
los 3200msnm, estaba completamente fría, a oscuras y las calles vacías, gracias
a Dios conmigo bajaron algunas personas a las cuales seguí por un callejón,
donde encontré un lugar donde quedarme. Este hospedaje era como una cárcel, la habitación
quedaba en un largo pasadizo, donde la puerta de los cuartos eran de Calamina
descuadrada por donde se colaba todo el frio, las cerrabas con una cadena con
candado y dentro había una pequeña cama de fierro, lo bueno es que tenía unas
super frazadas que me ayudarían a aplacar el frio hasta el amanecer. No tenía
muchas opciones, me quede allí a pasar la noche, me metí a la cama con toda la
ropa que llevaba puesta tapándome hasta la cara por la baja temperatura
imperante.
Desperté cerca a las
7am. Todo a mi alrededor estaba helado, salí del cuarto al patio para lavarme,
en vez de agua parecía que caían cubos de hielo por el caño, lo bueno es que ya
había salido el sol así que podía calentarme un poco mientras me aseaba. Veinte
minutos mas tarde, dejé este lugar y para buscar un alojamiento más decente. A pocos
metros, todavía en medio del frio andino, encontré un hotel con mejores instalaciones,
así que dejé mi mochila y empecé a planificar el día. Primero el desayuno, básico
para iniciar con fuerza. Segundo averiguar rutas, tiempos de viaje y transporte.
El destino que buscaba para el primer día era Pampa Galeras, la idea era
visitarlo rápido para por la tarde ir hacia la Laguna Parinacochas, ese lugar
donde dicen que hay muchas parihuanas y que en sus colores, San Martin se inspiró
para la bandera del Perú. Sabía que el tiempo era corto para este segundo punto,
siendo un viaje muchas horas, lo cual dificultaba que llegue, por lo que seguro
tendría que dejarlo para otra oportunidad.
A las 9.30am, ya con
la mochila de Ataque al hombro, me acomodé en la maletera de un colectivo Station
Vagon con destino a la Ciudad de Lucanas para luego llegar a la Reserva
Nacional Pampa Galeras. Lucanas está a unos 30 km de Puquio y El ingreso/Zona
de control de la Reserva esta a otros 30 km de Lucanas, un viaje total de unos
60km (una hora de viaje aproximadamente).
Llegue cerca a las
10.30am al punto de control donde busqué que alguien me atienda. Mientras
esperaba y tomaba algunas fotos, ese aire frio de los andes, ese que parece que
limpia los pulmones se sentía con más fuerza, estaba sobre los 3.800 msnm que
si bien mi organismo se aclimata rápidamente a estas alturas, igual debía manejarme
con cautela por ser mi primer día en la altura.
Pasaron algunos
minutos, el lugar realmente estaba desolado. Salió un encargado muy amable que sería
mi guía (ya que el jefe de la reserva no estaba allí), al que le pedí que me
muestre el lugar y me permita caminar un poco por la zona. Así que empezamos
por unos museos y almacenes que tienen, donde habían animales e insectos
disecados, y también muestras de distintas fibras de Vicuña. Mientras recorríamos
el lugar me contaba que Pampa Galera era el refugio de cerca de 6000 vicuñas y
otros animales andinos como el guanaco, zorro andino, gato andino, tarucas y vizcachas,
entre otros, así como aves como el Águila andina, cernícalo y el picaflor. Y que
el Ichu era la vegetación que prima en el lugar.
Luego visitamos la
zona de cautiverio, donde tenían unas vicuñas bebe con pocos días de nacidas. A
las cuales pude alimentar con leche, cargarlas y divertirme un poco cerca de ellas,
en resumen una experiencia inolvidable. Ya con esto la visita a la reserva
estaba pagada. Después continuamos haciendo una caminata de cerca de 1 hora por
la zona, pudiendo estar cerca de algunos grupos de vicuñas y guanacos libres. Lo
que sí, no es posible acercase mucho ya que no sabes cómo pueden reaccionar los
animales, sobre todos los guanacos que son mas ariscos. Finalmente, al momento
de regresar nos topamos con una lagartija que se camuflajeaba entre las piedras
y tierra, así que para divertirme un poco la seguí y atrapé. Luego tomamos
algunas fotos y la dejamos libre.
El día no podía haber
sido mejor, me despedí del guía, y me paré en plena carretera a esperar un
colectivo hacia Lucanas. El cual pasó después de media hora bajo el sol y el
viento helado, llegando a Lucanas a las 2pm aprox. En el viaje no podía dejar
de pensar en el Chaccu, esa gran fiesta y costumbre pre-inca que consiste en
cercar con un largo cerco humano a las vicuñas para luego clasificarlas y hacer
la esquila, esta festividad se realizaría en 10 días, pero yo ya estaría por
otros rumbos. Para otra será.
Ya en Lucanas Capital
de la Vicuña, decidí almorzar un menú típico. Terminado empecé el ascenso hacia
las ruinas de Pulapuco, pasando por la plaza de Armas, la Catedral y cancha de futbol
y luego empezar el camino de tierra para subir el cerro donde, en la cima se
encuentran las Ruinas Pre-incas de la cultura Rucanas que antiguamente poblaron
la zona. La subida a ritmo constante, tomará entre 10 y 15min. La vista desde
arriba es excelente, lo lamentable, como siempre sucede en este tipo de ruinas
poco conocidas, es que no son protegidas, tienen algunas pintas modernas y hay
basura desperdigada. De todas formas uno disfruta del lugar, del estar cerca de
edificaciones de más de 500 años de antigüedad e imaginarse cómo se vivía en
esas épocas. Todo toma un aire diferente desde arriba en Pulapuco.
Pasaron 30 minutos de
buena vista, bajé y caminé hacia la carretera donde me eché en un jardín al
costado de la pista cerca a la Plaza de toros de Lucanas (donde todos los años
se llevan a cabo populosas corridas de toros). Descansé bajo el sol cerca de
una hora, con la mente en blanco y realmente libre de todo, disfrutando de la
paz del lugar junto a algunas vacas y burros. Una tarde espectacular. Ya al
finalizar el dia 5pm aprox. regresé a Puquio para buscar el transporte a
Andamarca mi destino para el día siguiente.
Mi colectivo salía a
las 6am, al parecer todo muy organizado hasta número de asiento pude elegir. Esa
noche hice algunas compras y me fui a descansar. Este primer día entre los 3200
y 4000 msnm tuve mucha actividad y debía aclimatarme bien y recuperar fuerzas
para continuar con la aventura.