lunes, 29 de octubre de 2012

23. En los Ríos Amazónicos abordo del Henry 5 de Pucallpa a Iquitos…


Desperté luego de la primera noche en la embarcación Henry 5, que aun seguía en el embarcadero La Hoyada de Pucallpa, esperando que se embarque más gente y que la carga se incremente. La noche en el camarote fue bastante fresca y sin zancudos. Mi compañero de cuarto aun no llegaba, así que supuse que viajaría solo. Esa mañana, me tocaron la puerta y me pidieron mi taper (Tupper), el cual no tenía, así que el marinero me dijo que me prestarían uno para todo el viaje, ya que el desayuno, almuerzo y cena me lo servirían allí. Le pregunté que cual era el desayuno, me respondió quaker y dos panes. Por lo que decidí salir a comprar una botella de Jugo de Naranja, mermelada, algunas galletas y snacks, y una botella de agua de 2lts para tener algo de alimentos por seguridad, ya que no sabía cómo sería el viaje y cuanto duraría este.

Las cosas iban bien, la gente continuaba subiendo y el ingreso de la carga era constante, lo que hacía que poco a poco el nivel del barco se hundiera mas, acercándose a la línea de carga máxima permitida. El día estaba nublado, por lo que si bien hacia calor, el sol no te mataba. Cerca a las 10.30am llego mi primer desayuno, los panes estaban algo duros, pero con la mermelada que compre pasaban piola. El quaker estaba bueno, empecé a comerlo y luego de algunas cucharadas, me encontré con algunas patitas, y luego con una pequeña cucaracha. En principio me dio algo de asco, pero tenía que sacarla y seguir comiendo. Ya había pagado el viaje, que incluía toda la alimentación, y a parte de quedarme 4 días a bordo del Henry 5, era mi única forma de llegar a Iquitos, por lo que no había tiempo para engreimientos ni lamentaciones.

martes, 23 de octubre de 2012

22. PUCALLPA – Navegando entre Mototaxis...

En la mañana siguiente, día 6 de diciembre, me levante muy temprano, cerca a las 6am, para partir rumbo a Pucallpa. Salí del hospedaje muy rápido, caminé hasta el paradero que estaba a una cuadra, y mientras esperaba que se llene el colectivo tomaba un pequeño desayuno al paso. Una vez completos, salimos cruzando el largo puente colgante de 800 metros aprox. para continuar por la carretera hacia mi nuevo destino. La ruta se podría resumir en un gran paisaje de sabanas verdes por todas partes, eran como pequeñas colinas de vegetación, donde lo único que desentonaba era el color tierra de la carretera y el smog saliendo del tubo de escape.
El viaje duró cerca de 3 horas y media, llegando a las 10am a Pucallpa con mucho calor. Felizmente el viaje fue bastante fresco ya que la mañana estuvo algo nublada, pero ya en la ciudad el bochorno era agobiante. Una de las cosas que más me sorprendió es la cantidad de mototaxis transitando por doquier y es que solo caminar algunos metros hasta un semáforo, me hizo notar la marea de mototaxis  que colman y no calman la ciudad, recuerdo que esperando el cambio de Luz habían tal vez unas 40 o más, formando una gran carpa de coloridos toldos. Era increíble la cantidad de estos vehículos, que de seguro hacían de la ciudad un Caos intransitable. Si bien soy de los que trata de tomar los vehículos que usa el pueblo en cada ciudad, esta vez decidí no tomar ninguna y caminé hasta la plaza principal donde mientras rezaba algunas oraciones en la Catedral, mis oídos se llenaban de las marchas de un desfile por el día de la Policía Nacional, así que después persignarme y tomar algunas fotos, me corrí de la multitud para buscar un hotel para esa noche.

lunes, 22 de octubre de 2012

21. AGUAYTIA – Huayco en el Boqueron...

Llovió toda la noche y aun por la mañana no paraba, el rio Huallaga se escuchaba crecido, eran cerca a las 7.30am y debía continuar la ruta, con o sin lluvia. Preparé mi mochila y baje a dejar la llave en la recepción del hotel, grande fue la sorpresa, cuando me dijeron que no había pagado. Al parecer la persona que recibió mi pago no lo comunicó y se armó un problemón.
En la puerta del hotel había un vigilante tipo gorila con cara de pocos amigos, así que irme no era la primera opción. La discusión se tornaba algo acalorada, mas aun por que la persona que recibió mi pago no contestaba el teléfono. Pasaron 30min y no tenía respuesta, así que intempestivamente fui hacia la puerta. El gorila, creo que, no lo esperó, solo me siguió con la mirada. Llegué a la puerta y el colectivo para Aguaytia estaba allí, acomodé mi mochila y partimos.
En el colectivo íbamos solo 4 personas, yo iba adelante bastante cómodo, atrás iban 3. Mientras avanzábamos por la carretera, estaba algo intranquilo porque semanas antes había leído que en esta ruta habían disparado a una camioneta de policías, y es que según el chofer el movimiento de terroristas y narcos por la zona era constante, así que había que tener cuidado. Kilómetros mas adelante, uno de los viajeros sentado atrás, empezó a buscar la conversación y poco a poco empezó a hacer preguntas que me hacían sentir vigilado, me dio la impresión de que era o un policía que pensaba que yo era un narco o terruco, o que era un terruco que pensaba que yo era policía. Así que traté todo el tiempo de mantener la conversación sin exponerme mucho, buscando que él hable más, sin darle muchos argumentos o comentarios.