Desperté luego de la
primera noche en la embarcación Henry 5, que aun seguía en el embarcadero La
Hoyada de Pucallpa, esperando que se embarque más gente y que la carga se
incremente. La noche en el camarote fue bastante fresca y sin zancudos. Mi
compañero de cuarto aun no llegaba, así que supuse que viajaría solo. Esa
mañana, me tocaron la puerta y me pidieron mi taper (Tupper), el cual no tenía,
así que el marinero me dijo que me prestarían uno para todo el viaje, ya que el
desayuno, almuerzo y cena me lo servirían allí. Le pregunté que cual era el
desayuno, me respondió quaker y dos panes. Por lo que decidí salir a comprar
una botella de Jugo de Naranja, mermelada, algunas galletas y snacks, y una
botella de agua de 2lts para tener algo de alimentos por seguridad, ya que no sabía
cómo sería el viaje y cuanto duraría este.
Las cosas iban bien,
la gente continuaba subiendo y el ingreso de la carga era constante, lo que hacía
que poco a poco el nivel del barco se hundiera mas, acercándose a la línea de
carga máxima permitida. El día estaba nublado, por lo que si bien hacia calor,
el sol no te mataba. Cerca a las 10.30am llego mi primer desayuno, los panes
estaban algo duros, pero con la mermelada que compre pasaban piola. El quaker
estaba bueno, empecé a comerlo y luego de algunas cucharadas, me encontré con
algunas patitas, y luego con una pequeña cucaracha. En principio me dio algo de
asco, pero tenía que sacarla y seguir comiendo. Ya había pagado el viaje, que
incluía toda la alimentación, y a parte de quedarme 4 días a bordo del Henry 5,
era mi única forma de llegar a Iquitos, por lo que no había tiempo para
engreimientos ni lamentaciones.