Era 13 de Abril del 2006, jueves de Semana Santa, excusa perfecta para salir de Lima por varios días. En realidad, siempre he tratado de quedarme en casa en fechas donde mucha gente viaja, ya que me gusta disfrutar de los lugares cuando están más despejados, pero tenía que iniciar los viajes del año y era el mejor momento.
6.45am, estaba en la Estación Desamparados listo para subir al Tren que me llevaría hasta Huancayo, Capital del Departamento de Junín, donde había viajado 3 veces anteriormente, 2 con mi familia cuando era niño y la ultima con un grupo de buenos amigos de la Universidad en Julio del 99. Recuerdo que ese viaje fue algo improvisado, pero muy divertido. Hicimos el City Tour clásico, visitando Hualhuas donde están los artesanos textiles, San Jerónimo con su Platería y Filigrana, Concepción con sus productos lácteos, Jauja y su Laguna de Paca (donde comimos una buena Trucha), Ingenio con su Piscigranja de Truchas y por último, el Monasterio de Santa Rosa de Ocopa. Creo que haciendo este Tour me llevé buena idea de todo lo que tiene por ofrecer esta Región.
Subí al Tren y busque mi asiento, había comprado un ticket con ventana y que la gran parte del viaje mire hacia el paisaje y no contra las montañas. Llegué y me di con la sorpresa que mis acompañantes serian tres personas que pasaban los 70 años. Ellos al parecer ya habían viajado varias veces, ya que habían llevado juegos de mesa; y comida como fruta y sanguches.
Eran 7am y el tren partió, estaba algo entusiasmado por ser mi primer viaje en Tren, tenía cerca de 11 hrs y media de viaje por delante, así que lo primero fue relacionarme con mis compañeros para pasar un día entretenido. Mi objetivo era observar los paisajes y fotografiar todo lo que podía, pero los primeros kilómetros del viaje hasta el parada ‘Tornamesa’ (Lugar donde la Locomotora cambia de posición) no eran de gran importancia para mi objetivo, por lo que me dedique a jugar ‘Canasta’ (un juego de cartas muy conocido).
A San Bartolomé (donde está el Tornamesa) llegamos cerca a las 9.00am, había recorrido 62km en 2 hrs aproximadamente, pasando de los 153 msnm a los 1500 msnm. Estábamos aun bajos y con aire. Aquí la gran mayoría de los pasajeros bajaron para ver el evento de cambio de posición de la Locomotora y tomar algunas fotos. Es luego de esto, que empezó la subida más pronunciada. Solo 27km más allá llegamos a Matucana que esta sobre los 2.389 msnm y 23km adelante llegamos a los 3.215 msnm en San Mateo. Si bien el tren iba despacio, se sentía el cambio de presiones y un poco la falta de aire.
El viaje, en uno de los trenes más altos del Mundo, estaba entretenido, lleno de grandes paisajes, pasos por túneles (71), pasos por puentes (68) y los famosos zigzag(9) para cruzar la cordillera. En el kilometro 129, a una altura de casi 3.300 msnm esta el puente infiernillo, uno de los más conocidos por todo lo que costo construirlo (tiempo y vidas humanas). Luego vienen los pasos por Rio Blanco, Chicla, Casapalca y Chinchan pasando de 3.500 msnm a 4.360 msnm en solo 25 km.
Unos kilómetros más allá llegaríamos a Ticlio y La Galera donde hicimos la parada para tomar fotos y disfrutar de la impresionante vista de las montañas. Estamos a cerca de 4.800 msnm, eran la 1.20 pm, habíamos recorrido la mitad del viaje, faltaban unas 5 hrs para llegar a Huancayo. En la Galera estuvimos unos 15 a 20 minutos. Disfrute mucho esta parada estando cerca de los nevados, respirando un aire frio y puro que te hacía que limpiabas los pulmones. Si bien caían algunos rayos de sol, el viento helado corría y prevalecía. Ya después de este gran momento, volvimos al tren, almorzamos y muchos se dieron una siesta (clásico después del paso por Ticlio).
Ya de bajada, pasamos por los puntos de Yauli, Mahr Tunel, Cut off y La Oroya, llegando a una altura de 3.720 msnm. Luego de esto, algunos kilómetros más adelante, se baja un poco mas y empieza un bonito recorrido casi plano através del Valle del Mantaro, pasando por Pachacayo, Llocllapampa, Jauja, Concepción, San Jerónimo y finalmente Huancayo (3.245 msnm) donde llegamos a las 6.20pm siendo recibidos por un grupo de danzantes. Realmente el viaje fue largo pero gratificante por todos los paisajes que vimos.
Una vez fuera del tren, salí caminando rumbo a la Plaza de Armas donde quise ir para ver los preparativos para las procesiones de Semana Santa y de paso buscar un colectivo hacia Jauja donde pasaría la noche. La Plaza estaba llena de gente, había un estrado donde aparentemente iba a realizarse un gran show. Y en las pistas se diseñaban alfombras con pétalos de flores con motivos cristianos. Se notaba que en cada diseño había mucho fervor y amor por Dios. Pero, según lo que me habían contado, el lugar donde hacían las alfombras más bellas era en Tarma, ciudad que visitaría más adelante....
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