martes, 21 de diciembre de 2010

16. Junin... El Tren sobre Alfombra de Flores (Parte 2)

El viaje a Jauja demoró cerca de 40 minutos. Allí tuve que caminar mucho para encontrar un hotel por que todo estaba reventando por fiestas. Esa noche luego de acomodarme, salí a visitar la Iglesia para hacer algunas oraciones por la fecha Santa, después me iría a buscar algo de comer para dormir tranquilo y recuperar fuerzas para la caminata del día siguiente.
Jauja es considerada la primera Capital del Perú porque en 1534 los españoles la nombraron Capital de la Gobernación de Nueva Castilla. La ciudad tuvo una gran importancia no solo en la etapa inca sino en la colonia, ya que sirvió de centro administrativo y de conexión en el Tahuantinsuyo, que luego los invasores aprovecharon. Pero si no te gusta la historia, no importa, te aseguro que los paisajes de la zona te impresionarán.
Al amanecer, alisté mis cosas, tome un desayuno rápido y cogí un colectivo hacia Tunanmarca, unos restos arqueológicos que entiendo son pre-incas, pero que también fueron utilizados en el imperio incaico como centro administrativo. El trayecto fue corto, ya que solo está a unos 15km de Jauja. Baje del colectivo y empezó mi caminata. Los paisajes me dejaban sin palabras, como recientemente había pasado la temporada de lluvias, aun se veían los campos con mucha vida y no secos como en la temporada seca. Había campesinos trabajando la tierra y algunos otros llevando sus ovejas a pastear. Todo era como en una película, campos inmensos coloridos, cielo azul con nubes como algodones y campesinos amables y trabajadores.
Para llegar a los restos arqueológicos tuve que subir una colina, que si bien no era muy pronunciada, la dificultad radicaba en el suelo, ya que estaba lleno de cactus al ras del piso, que si no te dabas cuenta de uno, sus espinas podrían atravesarte la zapatilla y malograrte el viaje. La subida demoró cerca de media hora y es que había que detenerse cada minuto a deleitarse con la hermosa vista del lugar. Una vez arriba, tuve que lidiar con las piedras y la maleza para poder recorrer la antigua ciudad de Tunanmarca. Por el lugar que llegué las construcciones estaban en muy mala condición. Solo se divisaba fácilmente el muro de protección pero las casas y almacenes estaban prácticamente destruidos. Según lo que había leído, la ciudad tenía cerca de 2km de largo, así que no me desanimé y continué caminando. Poco a poco descubría construcciones mejor conservadas, hasta que después de casi 40 minutos encontré las mejores edificaciones. Eran casas circulares con puertas muy pequeñas donde podría pasar pero en cuclillas. Aquí descanse y tome varias fotos.
Luego de ello, empezó la retirada. El cielo y el campo fueron grandes compañeros, me mostraron la belleza de Jauja. Mientras bajaba, otra vez teniendo mucho cuidado con los cactus, trataba de definir una ruta, ya que debía llegar hasta el pueblo nuevo de Tunanmarca donde podría tomar un colectivo hacia Jauja. El trek atravesando los campos y colinas fue impresionante y lo mejor fue el final, ya que me acople a unos niños que llevaban sus ovejas, terminando de Pastor.
Luego en el apacible pueblo, la gente se preparaba para una especie de desfile o para las procesiones de Semana Santa, no lo sé, estuve poco tiempo allí, ya que cogí un colectivo a Jauja para luego trasladarme a la Laguna de Paca donde era necesario almorzar una buena trucha cerca de la orilla. Esta vez no navegue, como lo había hecho en los viajes de años pasados, pero disfrute mucho del lugar.
En Jauja estuve hasta casi las 4pm, luego subí a un nuevo vehículo que me llevaría hasta Tarma, donde esperaba llenarme del fervor de Semana Santa y conocer la maestría en la arte de las alfombras de Flores. Llegué a Tarma a las 5pm aprox. y estaba más que reventando de gente. Camine por toda la ciudad con el ánimo de encontrar un hotel, pero no había ninguno con cama disponible, luego busque algún albergue o casa que pueda alojarme, pero nada. Felizmente, después de casi 2 hrs encontré un hotel con una habitación donde solo había una cama. El cuarto era tan chico que la puerta no se podía abrir totalmente ya que la cama lo dificultaba. El baño era común y no había agua caliente. El precio 50 soles la noche (un robo). Demasiado para mi presupuesto.
Salí del hostal a seguir buscando algún albergue donde pueda pagar menos. Mientras buscaba, me detuve en las calles a observar con que dedicación y fe hacían las alfombras de flores. Casi todas las calles cerca a la plaza principal tenían alfombras, cada una con figuras y motivos distintos; y la plaza tenía varios arcos de flores a su alrededor, todo preparado para la celebración. La gente poco a poco iba llenando la plaza para ser parte de la procesión. Yo encontré un lugar con buena vista para tomar fotos. Ya eran cerca de las 8.30pm y no había encontrado donde dormir. Me quedé observando la procesión, que tenía varias andas, hasta casi las 10pm. En ese momento tome la decisión de regresar a Lima, por lo que me fui al terminal a ver si aun habían buses, encontré el último cupo, subí y partió. Eran las 10.30pm, habían sido dos días inolvidables, llenos de paisajes increíbles y fe de Semana Santa. No estaba conforme con el final, pero sabía que pronto regresaría para conocer los alrededores de Tarma, La merced, Oxapampa y toda la Selva Central.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario