Era 12 de Agosto, día viernes, se acercaba el Aniversario de Arequipa y mi gran amigo Jhonathan insistía en que vaya para allá. No habían pasado más de 3 semanas de mi último viaje pero algo me decía que regrese a mi querida Ciudad Blanca, y es que esta ciudad es algo así como el “Paraíso” (como la llaman algunos Arequipeños), el paisaje y clima son perfectos, la ciudad es hermosa y tengo amigos de primera… aquí viví cerca de un año y he regresado varias veces, llenando buena parte de mi vida con grandes momentos…
Salí de trabajar y sin apurarme fui a mi casa a hacer una mochila con lo básico para un fin de semana, en realidad no tenia pasaje y sabia que conseguir uno, un viernes en la noche en vísperas del Aniversario de Arequipa, era casi imposible, así que deje que el destino me guie y continué actuando con tranquilidad y sin premura.
Me fui directamente al centro de Lima, para buscar viajar con una empresa de transporte interprovincial que de un servicio rápido y seguro… así que después de agotar todas las opciones, se me presentó un espacio en la empresa Flores Hnos. (La cual no gozaba de buenas referencias dados algunos accidentes en su historial), por lo que lo único que pensé fue que el destino quería que viaje… comprando mi pasaje en el acto y subiendo un poco más tarde al bus que partía cerca a las 9.30pm….
Me esperaba un largo viaje de 1.000 km, que son 14 hrs. Aprox., pero estaba contento por regresar a Arequipa después de 5 años y continuar con mis viajes por el Perú. En teoría debía llegar a mi destino entre 11.30am y 12pm del sábado, pero no sucedió así. Como ya había comentado la empresa Flores Hnos. me dejaba dudas de un buen servicio, así que en el Km 950 el bus se detuvo por avería y el chofer dijo que teníamos que esperar a que vengan a repararlo, quiso decir, un par de horas ahí perdiendo el tiempo en medio de la carretera…
Yo como venía con toda la adrenalina aventurera de mi último viaje, decidí rápidamente tirar dedo y en pocos minutos, paró un tráiler que llevaba fierro en su carreta, así que sin dudarlo subí a la tolva (algo que no era nuevo para mí) y continué mi viaje en camión… realmente fue relajante viajar allí con el sol y el aire en la cara... el único problema era, como avisarle al chofer que quería bajar… pero bueno, sabía que igual me dejaría en algún lugar de la ciudad…
En esa época mi amigo Jhonathan tenía una moto, así que mientras viajaba en el camión me iba comunicando con él para que me alcance en la carretera y me recoja… fue una gran coincidencia que justo el grifo donde el camión decide parar también decide hacerlo mi amigo… así que baje y continuamos el viaje en su Moto hasta Umacoyo (uno de los distritos de Ciudad).
Ya era cerca de la hora de almuerzo, por lo que después de dejar mis cosas en su casa (donde me hospedaría), salimos rumbo a los arcos de Yanahuara de donde tienes una buena vista del imponente Volcán Misti, para luego dirigirnos a la Campiña Arequipeña (lugar necesario de visitar por cualquier turista) para hacer una especie de tour clásico y pasear un rato disfrutando de los bellos paisajes; y es que estar allí en moto fue una experiencia distinta… pasamos por el puente de fierro, el Molino de Sabandia, La Mansión del Fundador y el Mirador de Sachaca, para terminar en la Chicharroneria de Moda “Cecilia”… donde nos esperaban su enamorada y una amiga para almorzar, tomar unas cervezas y bailar un rato … pasando un gran momento hasta el final de la tarde…
Ya por la noche, había quedado con mi amigo Javier en ir a juerguear a los bares y pubs de las Calles San Francisco y Santa Catalina, como el Istanbul, Dejavu, Forum, Ancud, Siwara, entre otros… la verdad al final no se en cuál de todos terminamos pero lo importante del asunto es que conocimos a dos chicas Alemanas que luego se convertirían en grandes amigas mías…
En realidad, la situación fue divertida, ya que solo una de ellas hablaba un buen español y nosotros de Alemán no sabíamos absolutamente nada, así que la conversación se movía entre su español masticado y nuestro ingles de nivel Básico… y por supuesto, ayudado por nuestros generosos traductores “Ron, Whisky, Cerveza y compañía”… logrando así largas conversaciones y altos decibeles de risas…
Al día siguiente, ya domingo, en teoría debía regresar a Lima en el Bus de las 4pm, sin embargo, habíamos quedado con mis nuevas amigas en ir a hacer un trekking por Chilina (ubicado a 5km de la Ciudad) y por la noche ir a la FIA (Feria Internacional de Arequipa) para la Serenata donde se presentarían buenos grupos, uno de ellos, los Enanitos Verdes y su canción “tu cárcel”… por lo que dada esta situación tuve que llamar a mi jefe (con un floro preparado) para que acepte darme un día de vacaciones, lo que sabía era difícil… pero después de algunos compromisos, felizmente accedió…
Ya con la tranquilidad de quedarme un día mas, por la mañana fuimos a comprar nuestras entradas para la FIA Zona Familiar (donde esta la mejor juerga) para luego tomar un taxi hacia Chilina… allí empezamos una caminata increíble, donde realmente los paisajes te dejan boquiabiertos… la vista del Misti, el Chachani y otros nevados, el río Chili, el cielo azul, los verdes sembríos y los animales de la zona, hacen que pases un gran momento… después de algunos kilómetros de recorrido llegamos a un lugar donde podíamos descansar junto al rio alejado de cualquier ruido de la ciudad, solo se escuchaba el sonido del agua y de los animales… totalmente apacible y apartado del stress de la Urbe… Regresando al centro después de un par de horas…
Por la noche, volvimos a encontrarnos para el concierto. Al entrar al Jardín de la Cerveza Arequipeña nos acoplamos con otros amigos, así que el grupo crecía al mismo tiempo que empezaba la diversión. Seria mentir si recuerdo cuantas cervezas tomamos, pero lo que estoy seguro es que la juerga fue plena, cantamos grandes canciones, las bandas alegraron a la gente toda la noche y la amistad sobraba… uno de los instantes que siempre llevo conmigo, es cuando empezamos a cantar… “Entonemos.., entonemos… un himno de gloria… a la blanca, a la blanca, a la blanca y heroica ciudad…” … y es que no he visto cantar un himno con tanta emoción y energía como lo hacen los Arequipeños… es envidiable ver como demuestran el amor por su tierra miles de personas al mismo tiempo…
Al día siguiente, con una resaca que parecía se quedaría en mi por los próximos 3 días, descanse toda la mañana improvisando algo de música con mi amigo Leo (Hermano de Jhonathan), para luego del almuerzo salir en moto al centro a comprar los clásicos chocolates, mazapanes y toffees de la Ibérica; y tomar algunas fotos de las calles, las Iglesias y La Plaza antes de ir al terminal de buses para regresar a Lima a las 4.30pm…
Ya en el bus, como siempre me embargó un sentimiento de melancolía por dejar la ciudad, aunque sabía que regresaría en 10 días… ya que había acordado juntarme con mis amigas Alemanas para hacer algunos viajes mas…
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